Solvencia Financiera

Las empresas, para disminuir las deudas y poder continuar su operación, requieren hacer uso del “dinero líquido”, es decir, que ya se encuentre en efectivo o en cuentas bancarias. Si se cuenta con activos que no están siendo utilizados para generar ingresos y no se cuenta con efectivo suficiente para solventar las deudas, estamos ante un problema de solvencia financiera.

¿Como puedo solucionar los problemas de solvencia?

En primera instancia, se debe realizar la evaluación o revisión de la totalidad de los activos, clasificándolos en tres tipos: efectivo, de fácil conversión y de difícil conversión. Los activos de fácil conversión son los que sin necesidad de que transcurra mucho tiempo puedo convertir en efectivo, por ejemplo, las cuentas por cobrar, los inventarios y en general cualquiera que demore menos de un mes en convertirse. Los activos de difícil conversión son los que demoran en convertirse como puede ser el mobiliario, planta y equipo.

Por ende el primer determinante para evaluar la solvencia es el porcentaje que cada rubro representa de los estados financieros. Esto indica que si la suma de mi efectivo y mis activos de conversión inmediata (fácil) representan un porcentaje alto, indica que tengo una buena solvencia, pero no es lo único que debe evaluarse. Parte de este análisis es conocer qué activos fijos no están produciendo ingresos para tomar decisiones.

El siguiente paso es la confronta entre los activos de rápida conversión y los pasivos totales y también los pasivos a corto plazo. Para tener un análisis mas completo, lo que debe realizarse primero es enfrentar estas cifras para saber cuánto de mis pasivos totales puedo cubrir con mis activos de rápida conversión. Esto me va a indicar si a corto plazo yo puedo cubrir mis deudas o no, y tomar decisiones con los activos de difícil conversión para comenzar a convertirlos en efectivo.

De la mano con este proceso se debe determinar el porcentaje que representan mis pasivos del capital total (incluyendo las utilidades generadas que se pueden re-invertir) ya que dichas utilidades también pueden convertirse en una salida de dinero en caso de que el propietario determine una distribución de dividendos.

Recuerda siempre estar a la vanguardia con tus análisis y realizaros de forma constante para poder obtener los resultados que buscas.

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